Día Mundial de la Lucha contra la depresión

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¿LLORAMOS PORQUE ESTAMOS TRISTES O ESTAMOS TRISTES PORQUE LLORAMOS?   

     La gran trampa de la depresión: esperar a estar bien.    Sentir pena, tristeza o estar decaídos puede ser normal. En ocasiones, aparte de las situaciones de estrés sostenido, hay sucesos de la vida (una enfermedad, pérdidas de seres queridos…) que nos golpean, nos conmocionan y nos producen dolor y sufrimiento.

    Es normal y puede ser adaptativo porque es una señal para obtener apoyo y consuelo.  La pena y la tristeza pueden enredarnos y prolongarse en el tiempo, apartarnos de la vida y apartar a los demás de nuestra vida. Ello ocurre cuando nos quejamos en exceso, permanecemos pasivos y esperamos a estar bien para normalizar nuestra vida.

 El caso de Conchita nos puede ayudar a comprender bien este fenómeno.

Preguntas y enseñanzas para meditar:

  ¿Acaso Conchita no puede salir o no puede arreglarse porque no está de ánimo?

¿Realmente, el bajo estado de ánimo es la causa de que no salga o de que no se arregle o, más bien, es que no le apetece salir y ha decidido no salir y no arreglarse y además está con bajo estado de ánimo? ¿Podemos hacer cosas aunque no nos apetezca si decidimos hacerlas?

  En efecto, el bajo estado de ánimo no es la causa de que no salga. La única causa que pudiera impedirla salir sería estar maniatada y encerrada en casa o postrada en una cama sin poder moverse. Hay personas que tienen un estado de ánimo bajo y, sin embargo, deciden salir aunque no les apetezca.

Y basta que hayan tomado esta decisión para que su estado de ánimo comience a mejorar. Esta es la gran trampa: esperar a estar bien para hacer cosas y no comenzar a hacer cosas para estar bien.

  Esta trampa puede llevar a aislarnos, a enredarnos, a centrarnos en nosotros mismos y permitir que la tristeza se amplifique e invada todas las áreas de nuestra vida. La queja reiterada puede alimentar el bajo estado de ánimo (también estamos tristes porque lloramos). No se trata de cambiar primero nuestra forma de pensar o nuestro estado de ánimo, sino de seguir conectados a la vida a pesar, precisamente, de estar mal. Es crear las condiciones para estar bien, aunque no tenga ganas de hacerlo.

Criterios para la acción:

  • Recordar.- La pasividad de Conchita puede ayudarnos a recordar que nosotros podemos ser par te del problema o par te de la solución. Podemos decidir salir y hacer cosas a pesar de sentirnos mal o, por el contrario, podemos decidir no hacerlas y quedarnos en casa rumiando nuestra tristeza.

Pasar a la acción.– No resulta fácil pasar a la acción cuando nos invade latristeza y el desánimo. Tomar la decisión de hacer cosas cuesta mucho pero no resulta imposible tomarla. Hay personas que lo hacen y descubren que es la vía para estar mejor. Lograr superar la inercia es lo más difícil, por ello es conveniente comenzar a hacer cosas que nos resulten fáciles de realizar y que en algún momento nos resultaron agradables.

Actuar “como si” nos sintiéramos bien.- Bien es verdad que estar bien nos facilita el estar activos y hacer cosas. Pero, como hemos dicho, no es una condición absolutamente necesaria. Sencillamente, lo que se requiere es decidirlo con firmeza porque sabe que es la solución para estar bien y usted ha decidido estar bien y enchufarse a la vida a pesar de su pena. Por eso le pedimos que practique el juego de “actuar como si estuviera bien”. Fíjese bien, no le pedimos que se sienta bien, algo casi imposible, le pedimos que actúe “como si”. Imagínese que es un actor o actriz de comedia y que acaba de tener una pérdida impor tante.

Sencillamente actúe como si fuera este actor o actriz: simule, salga e implíquese en actividades en las que antes disfrutaba. Trate de ponerlo en práctica y, lo mismo que nadie del teatro que se está riendo a carcajadas pensaría que la persona que está provocándolo acaba de tener una desgracia, simule tan bien que nadie se percate de su pena o tristeza.

 

FUENTE: MADRID SALUD

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